viernes, 7 de octubre de 2016

QUE ES EL AURA Y EJERCICIO PARA CAPTAR ENERGÍAS DE OTRAS PERSONAS


El aura es la fuerza vital radiante que rodea todos los seres vivos y las sustancias no vivas de la tierra, como el agua y las rocas.

Antes de proseguir, debemos señalar que la idea de la unidad de todas las cosas —sean vivas o no vivas— es aceptada por la ciencia relativamente nueva de la física cuántica. En su libro The Tao of Physics (El Tao de la física), Fritjof Capra explora este concepto en profundidad y llega a la conclusión de que el misticismo oriental se compara bien con los recientes desarrollos en la física subatómica.

La palabra «aura» proviene del griego avra que significa brisa, porque se dice que está continuamente en movimiento.

Las personas con poderes psíquicos describen el aura como una emanación irisada, que irradia medio metro o más alrededor del cuerpo, de forma más o menos ovoide. Reluce y altera su color según nuestros pensamientos, emociones y estado físico.

Los colores turbios en el aura indican emociones negativas o una mala salud; los colores claros constituyen por lo general un signo positivo.

Algunos curadores (especialmente los acupunturistas) han sido capaces incluso de oler el aura, y su olor se diferencia bastante del olor corporal normal de una persona.

Aunque las personas con poderes psíquicos describen el aura de forma diferente (según su propio nivel de percepción psíquica), suelen estar de acuerdo en que el aura está compuesta por —como mínimo— tres capas o niveles. Estos niveles vibran a diferentes frecuencias. El cuerpo físico o materia vibra a la frecuencia más lenta o densa; el cuerpo sutil, como la electricidad, vibra mucho más deprisa y por esta razón solemos ser inconscientes de su existencia.

La primera parte del cuerpo sutil o aura se denomina el cuerpo etérico o vital que emana a unos 2,5 centímetros del cuerpo físico; el cuerpo astral irradia a 30 centímetros o más alrededor del cuerpo, y el cuerpo mental o espiritual, que puede ensancharse o contraerse, a veces abarca metros, por ejemplo, cuando nos sentimos alegres o cuando estamos enamorados.

La función del cuerpo etérico es recibir y transmitir la energía de la fuerza vital (prana) del aire que respiramos. Esta parte del cuerpo sutil puede fotografiarse siguiendo una técnica de alto voltaje denominada fotografía kirliana. La información recogida demuestra una especie de luminiscencia y corrientes de energía que fluyen desde los dedos de la mano o del pie.

Para el ojo entrenado, estos patrones reflejan el estado emocional y físico del individuo, y pueden utilizarse como una herramienta de diagnóstico. El cuerpo astral, que también se denomina cuerpo emocional, refleja la mayor parte de la coloración áurica. Las personas con poderes psíquicos a menudo tienen más facilidad para ver las auras de las mujeres, posiblemente porque las mujeres tienden a expresar sus emociones con más facilidad que los hombres.

El cuerpo mental o espiritual contiene todo el potencial del individuo para su futuro desarrollo. No obstante, es importante darse cuenta de que los cuatro cuerpos (lo cual incluye también al físico) se interpenetran mutuamente; todo aquello que afecte a un aspecto, afectará al todo.

Muchos de ustedes preferirán rechazar esta idea por completo; otros pueden tener una mente más abierta. A los primeros les sugiero que lean The Rainment of Light de David Tansley, y a los demás que intenten realizar el siguiente experimento:

Para ver el aura se requiere un cierto entrenamiento esotérico (salvo que sea una persona con una sensibilidad innata), pero la mayoría de las personas pueden sentirla en cierto grado.

Encuentre un compañero dispuesto y siéntese uno frente al otro. Ambos deberán mantener las manos frente a sí y girar la palma de la mano derecha hacia abajo y la palma de la mano izquierda hacia arriba. Manténgalas en esta posición y colóquelas contra las manos de su compañero a fin de entrar en contacto físico.

Cierre los ojos, relájese y sea consciente las manos de su compañero; sienta el calor de su cuerpo. Cuando estén listos, ambos deberán alzar la mano derecha por encima de la mano izquierda del otro girada hacia arriba, pero debe seguir estando suelta y relajada, no debe mantenerse rígida, pues así se disminuiría la sensibilidad. Permanezca así durante unos cuantos minutos y empezará a experimentar varias sensaciones; puede ser una leve brisa, o quizás una sensación de hormigueo, calor (especialmente en las palmas), una atracción estática o incluso magnética.

Compruebe hasta qué punto puede separar las manos y siga experimentando la sensación. Mueva las manos hacia adelante y hacia atrás o en círculos (como si estuviese pasando un paño por una mesa) pero mantenga sus manos sueltas y relajadas. Es posible que sienta una curiosa sensación de empuje o de fricción.

Para interrumpir el contacto, vuelva a juntar las manos, apártelas con un movimiento deslizante y sacúdalas bien para eliminar cualquier hormigueo (o incluso tensión) que haya podido coger de su compañero.

El objetivo de este ejercicio es demostrar que la energía irradia del cuerpo que el ser humano es algo más que intestinos, sangre y huesos.

Nuestras manos son siempre más receptivas al aura de una persona si acabamos de darle un masaje. Al mismo tiempo, el receptor de nuestro masaje será también más receptivo a las energías que emanan de usted.

Esto nos lleva al ti aspecto final, y posiblemente el más importante, en la curación: la empatía entre el curador y el receptor.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario