sábado, 11 de marzo de 2017

EL INCIENSO COPAL


El Copal es una resina aromática que se extrae de los arboles pertenecientes a la familia de las Burseraceae. Su nombre proviene del nahuatl copalli, que significaba resina o incienso.

Hay entre 35-100 miembros de la familia Burseraceae en las Américas. Las Burseras son muy resinosa y liberan un olor característico de pino-limón cuando una hoja o rama se rompe. Hay varias especies de Bursera que se sabe o se sospecha que se han utilizado en las comunidades mayas y aztecas son B. bipinnata, B. stenophylla, B. simaruba, B. grandifola, B. excelsa, B. laxiflora, B. penicillata y B. copalifera. Todas ellas generan resinas adecuadas para el copal.

En toda Mesoamérica, y especialmente en México, el copal  se ha usado desde los tiempos más remotos. En varias investigaciones reciente se han encontrado evidencias de la utilización del copal desde hace miles de años en diferentes sitios prehispánicos como el Templo Mayor de la capital de Tenochtitlan, el Sagrado Cenote de Chichén Itzá y la Laguna de la Luna en Toluca, México.

Existen diferentes especies de Copales en México y, dependiendo de la especie y la región, se le conoce con varios nombres.
En los estados de Michoacán, Oaxaca y Chiapas es donde crecen mayor cantidad de Burseras y es por eso que son los mayores recolectores de esta resina milenaria.

El copal siempre ha sido muy valorado y se ha utilizado y se utiliza en diferentes rituales, celebraciones y ofrendas durante todo el año debido a la creencia de que el humo blanco ascendía y lograba la comunicación con las deidades, los espíritus e incluso con las fuerzas de la naturaleza.

Los usos de copal en el antiguo México y entre las culturas nativas hoy en día se pueden dividir en cuatro funciones: ofrendas para adivinación, preventivos, terapéuticos, y divinas. Hoy en día el Copal sigue siendo muy apreciado, los pueblos mexicanos siguen utilizando el incienso de Copal en sus celebraciones como instrumento de limpieza de malas energías, de agradecimiento y de ofrenda.

Su recolección es un trabajo que requiere mucho esfuerzo. Los copaleros son grandes expertos en el conocimiento de la naturaleza y de la diversas variedad de especies que conviven en los bosques y montes. Son increíblemente hábiles y respetuosos con los árboles de Copal ya que son su sustento.

 La resina de Copal se genera naturalmente en los árboles, sale y resbala por el tronco cuando este comienza a sudar, a veces ayudado por los insectos que raspan o realizan picaduras en la corteza, otras veces se produce por heridas que se producen debido a la madurez y ensanchamiento del árbol.
 

La resina es recolectada directamente de su tronco, se presenta en forma de gránulos y tiene un color grisáceo. El copalero provoca con una incisión una herida en el árbol y ata una hoja de maguey para que en ella se deposite la resina. En esta misma hoja se ira solidificando y se formarán grandes barras de resina blanca en forma de penca de maguey, este es el copal blanco de gran calidad, que al quemarse produce un humo muy denso, de color blanco y con un olor a cítrico que es delicioso.


La quema del copal se hace en carboncillos y el humo se pasa por la persona o el lugar que se desea purificar, proteger o bendecir. También se puede usar para limpias de negatividad o para ofrendar. Actualmente también se vende el incienso ya preparado en varillas lo que hace más fácil su uso continuado ya que utilizar esta resina asegura una excelente protección espiritual.
 

Los otomíes "leen" el humo del copal con la ayuda de una vela para diagnosticar la enfermedad; los lacandones hacen quemas de copal a los dioses como ofrenda y alimento para luego pedir sus dones. La importancia de copal en la antigüedad fue tal que no sólo sobrevivió a la llegada de los españoles, sino que fue adoptado por ellos, convirtiéndose en un elemento común en los servicios de la Iglesia.

La columna de humo blanco creado por la quema de copal representa el eje cósmico, del cual surgió el universo y todas sus criaturas y actúa como hilo conductor entre los mundos, entre el cielo y la tierra. La quema de copal hace un llamamiento a la sabiduría del corazón de todas las cosas y simboliza el centro misterioso que impulsa hacia una mayor conciencia y la conexión.

El Copal también se asoció al dios Tláloc ( "El que da el crecimiento") y la diosa Chalchiuhtlicue ( "La de la falda de jade") ambos gobernantes de agua y se asocia con la fertilidad y la creación. Figurillas de copal pequeñas que representan estas deidades se han encontrado en la antigua ciudad de Tenochtitlán.

El Copal como ofrenda está relacionado con la activación de las aguas de la vida y los procesos de creación que nos permiten explorar aún más el gran misterio de la existencia. Las aguas primordiales dentro de nosotros quedan reconocidas y honradas con la quema del copal.

Hay informes que sugieren que también se ha utilizado esta resina como pegamento. La creencia popular dice que el humo blanco de copal ayuda con dolores de cabeza y alivia las enfermedades asociadas con el frío y la humedad. Teniendo en cuenta sus efectos positivos sobre el sistema límbico, el aceite de copal se utiliza en aromaterapia para tratar una serie de enfermedades. En algunos casos, la resina se utiliza en té para tratar la bronquitis y aplica localmente para la tos y el reumatismo. Sin duda el copal es un verdadero aliado para el cuerpo y la mente. Los terapeutas pueden aprovechar sus efectos para llegar al paciente con mayor facilidad y profundizar en sus emociones.



En el período hispánico, se utilizó el copal en la técnica de la cera perdida de la fabricación de joyas. En el siglo XVI el fraile español Bernardino de Sahagún informó que el pueblo azteca utilizan copal en sus maquillajes, en adhesivos para las máscaras, y en odontología, donde el copal se mezcló con fosfato de calcio para fijar las piedras preciosas a los dientes. También fue utilizado como una goma de mascar.

Referencias históricas al uso de copal se incluyen en el libro maya del Popol Vuh, que donde se cuenta en un largo pasaje cómo el sol, la luna y las estrellas llegaron a la Tierra trayendo de copal con ellos. Este documento también deja claro que los mayas recogían distintos tipos de resina de diferentes plantas.

Para utilizar el copal, se enciende el carbón con fósforos o un encendedor durante unos 20 segundos hasta que se auto inflama. Es mejor utilizar una pinzas para sostenerlo (nunca hay que sostenerlo con los dedos directamente ya que podría quemarse). Coloque el carbón encendido en un tazón o cualquier quemador de incienso. El quemador cuenco de incienso ha de estar lleno con arena o tierra. Deje que el carbón se prenda durante unos minutos. Se vuelve gris alrededor de los bordes cuando está listo. Añada una pequeña cantidad de resina en la parte superior del carbón. La resina se irá quemando y luego liberará los aceites esenciales aromáticos, a través del humo. Siga colocando resinas o polvo sobre el carbón según se vayan quemando y el humo disminuya para realizar una quema continua.
 



 

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