miércoles, 12 de julio de 2017

HABITOS POSTURALES CORRECTOS E INCORRECTOS

 
Unos hábitos posturales incorrectos pueden acabar ocasionando serias molestias, y repercuten negativamente en el aspecto exterior del individuo. El objetivo principal es mantener la columna vertebral recta y estirada, sin violentar sus curvas naturales en la cintura y el cuello.

La mayoría de las personas ni siquiera somos muy conscientes de las posturas que adoptamos al sentarnos, permanecer de pie o en otras circunstancias. Sin embargo, una postura correcta es fundamental para el buen funcionamiento del organismo, además de que da una apariencia de esbeltez y soltura que, desgraciadamente, hoy día pocas personas poseen, ya que los hábitos posturales incorrectos en la actualidad acostumbran a ser la norma en vez de la excepción.

Al permanecer de pie, es frecuente adoptar posturas aparentemente relajadas, pero que sin embargo no equilibran por igual el peso del cuerpo sobre las dos piernas y tuercen la columna vertebral (izquierda). Es importante mantener la columna recta y erguida, aunque sin rigidez, con el peso del cuerpo homogéneamente repartido (derecha).

Lo más importante es mantener en todo momento una adecuada alineación de la espalda, tanto si se está de pie como sentado o tendido. También hay que tener en cuenta que una actitud estática, sea de pie o sentado, no debería mantenerse durante largo tiempo (una media hora para la posición de pie y tres cuartos para la sentada). Después de dicho tiempo conviene realizar unos breves ejercicios compensatorios, como estirar los brazos y girar la cabeza a ambos lados.

La posición de pie

Lo más importante es mantenerse bien erguido, con la columna perfectamente recta, aunque sin intentar enderezar de forma rígida sus curvas naturales en la cintura y en el cuello. Para encontrar una posición erguida correcta, se pueden seguir las siguientes pautas:

- Mantener la cabeza erguida, imaginando que cuelga de una cuerda sujeta al centro del cráneo.
 
- Mantener la barbilla en ángulo recto con respecto a la garganta; ir moviendo la cabeza arriba y abajo hasta encontrar la posición correcta.
 
- Meter el abdomen y sacar el pecho ligeramente, permitiendo de esta manera una respiración más libre.
 
- Centrar la pelvis, balanceándose ligeramente hacia adelante y  hacia atrás hasta encontrar el punto de equilibrio.
 
- Procurar que las rodillas queden ni flexionadas ni demasiado rígidas.
 
- Mantener distendidas la parte posterior del cuello (las tensiones en la nuca son muy frecuentes); no es difícil si la barbilla y los hombros están en la posición más adecuada.
 
- "Tirar" de los hombros hacia abajo, como queriendo alejarlos de las orejas, manteniéndolos directamente encima de caderas.
 
- Dejar que los brazos cuelgue relajadamente a ambos lados del cuerpo.
 
- Empujar la columna hacia arriba, como si se deseara tocar con la parte superior del cráneo un techo rasante imaginario (sin levantar los pies del suelo, por supuesto).
 
- Mantener los pies ligeramente separados y casi paralelos, con el peso del cuerpo gravitando entre el talón y la planta; el punto de equilibrio se puede encontrar balanceándose ligeramente adelante y atrás.

Estos principios siguen siendo válidos al caminar.

La posición sentada

Conviene sentarse bien atrás en la silla, manteniendo erguida la columna, con las caderas en ángulo recto con respecto a la dirección en la que se mira. Es preferible apoyar toda la planta de los pies en el suelo; la difundida costumbre de meterlos debajo de la silla tensa los músculos de las pantorrillas y dificulta la circulación.
 
Al sentarse ante una mesa, no hay que encorvar la espalda para inclinarse hacia adelante, sino pivotar sobre las caderas.
 
Poca gente se sienta de una forma correcta, y hay una serie de vicios posturales tan difundidos que ya se consideran formas normales y lógicas de sentarse.
 
Veamos algunos de los vicios más comunes y sus consecuencias negativas:

- Encorvarse hacia adelante fuerza la columna vertebral a la vez que la acorta. Si además se proyecta la barbilla hacia adelante, que es lo más frecuente al encorvarse, también la nuca se contrae ligeramente.
 
- La generalizada costumbre de sentarse con las piernas cruzadas hace que la mayor parte del peso gravite sobre un solo lado.
 
- Cruzar a la vez brazos y piernas contrae y retuerce el cuerpo, con lo que se fuerza la columna y se dificulta la respiración.
 
- Sentarse en el borde de la silla apoyando sólo la parte alta de la espalda obliga a curvar hacia adelante los hombros y el cuello, mientras que la columna queda sin apoyo.

La posición tendida

El objetivo principal sigue siendo mantener la columna recta y estirada sin violentar sus curvas naturales.
 
- Al tenderse para descansar o dormir, hay que evitar sobre todo encoger los hombros y retorcerse.
 
- Las almohadas deberían ser siempre finas, pues las muy gruesas obligan a curvar la columna.
 
- Al tenderse boca arriba, conviene mantener, en lo posible, la simetría del cuerpo, con los brazos algo separados del cuerpo para facilitar la respiración.
 
- Al tenderse de lado, hay que procurar que la columna quede horizontal; no conviene doblar demasiado las piernas (mucha gente tiende a dormir en posición fetal) ni replegar los brazos sobre el pecho.
 
- En general, tenderse boca abajo durante rato no es conveniente ya esta posición obliga a arquear excesivamente la espalda, a no ser que se coloque una almohada bajo la pelvis.
 
- Naturalmente, una cuestión previa a todo esto son las características de la superficie sobre la que uno se tumba, lo que equivale a decir básicamente, el tipo de colchón y somier que componen la cama en la que se duerme habitualmente.
 
- Los colchones muy blandos, sobre todo con somier de malla, no son aconsejables, ya que al ceder hacen que se curve la columna. Lo más indicado en este caso es que el colchón descanse directamente sobre una tabla de madera, o sobre un somier especial (que actualmente se encuentra sin dificultad en el mercado) formado por travesaños de madera en lugar de la tradicional malla metálica.

- Si se duerme de lado, conviene colocarse un pequeño almohadón entre las rodillas y otro en la cintura para mantener la columna recta, de lo contrario la columna adopta una posición incorrecta.

- Al tumbarse boca arriba, no conviene tener bajo la cabeza una almohada gruesa, pues obliga a doblar excesivamente el cuello hacia adelante. Una almohada muy fina permite una posición correcta de la columna.

Una posición encorvada puede convertirse en un hábito tan perjudicial como antiestético. Mantener la columna bien erguida, sin rigidez mejora la imagen personal y la salud.

 
 
 

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