sábado, 8 de octubre de 2016

LA ABSORCIÓN A TRAVÉS DE LA PIEL DE ACEITES ESENCIALES


Muchas personas creen que la piel es una cubierta impermeable, cuya única función es mantener dentro la sangre y los órganos y mantener fuera el agua. Si se les sugiere que la piel es capaz de absorber los aceites esenciales difundiéndolos por los finos vasos capilares (por debajo de la superficie de la piel) y en la circulación sanguínea, nos encontraremos con un cierto escepticismo, por no decir burla.

Es cierto que el agua y las sustancias acuosas no pueden ser absorbidas en la circulación a través de la piel, sin embargo las capas superiores podrán retener temporalmente un poco de agua. Ello puede observarse después de haber permanecido durante mucho tiempo en el baño; las puntas de los dedos se arrugarán. Sin embargo, René Gattefossé, el padre de la aromaterapia, determinó sin ninguna duda que la piel puede absorber sustancias grasas, siempre y cuando la estructura molecular de dichas sustancias sea suficientemente pequeña.

Resulta interesante que las brujas de la antigüedad utilizasen ungüentos venenosos impregnados con extractos de cicuta, belladona y otras plantas letales, para deshacerse de sus enemigos. Hasta principios del siglo xx, la sífilis se trataba haciendo fricciones con un ungüento de mercurio. Era muy difícil juzgar la cantidad absorbida, lo cual provocaba terribles efectos secundarios, aunque a menudo se conseguía erradicar la infección.



 
La administración de medicamentos por vía percutánea (a través de la piel) es desde hace poco más segura gracias a la introducción de una dosis medida. Por ejemplo, el estrógeno y la trinitrina se han administrado en un parche aplicado a la piel.
 
En la absorción por la piel, se cree que los aceites esenciales, con sus moléculas aromáticas muy finas, atraviesan los folículos capilares, que contienen sebo, un líquido oleaginoso con el cual los aceites esenciales tienen afinidad. Desde aquí, los aceites se difuminan en la circulación o son recogidos por el líquido linfático e intersticial (un líquido que rodea todas las células corporales) para ser transportados a otras partes del cuerpo.
 
Si la piel es sana, sólo se necesitarán unos cuantos minutos para que las moléculas sean absorbidas; mucho más si está congestionada o si hay mucha grasa subcutánea. Sin embargo, la piel no puede absorber los aceites esenciales si transpira, por ejemplo después de una sauna. Se deberán esperar y varias horas antes de poder aplicar los aceites.
 
No obstante, unos cuantos minutos de sauna facial es bueno pues calienta la piel justo lo suficiente como para facilitar la absorción. Las personas con piel congestionada a menudo se benefician de los baños aromáticos (si no son demasiado calientes) y del masaje de cuerpo entero, pues la piel del abdomen, la parte interior de los muslos y la parte superior de los brazos es mucho más suave y por consiguiente tiene una mayor capacidad de absorción.
 
Una vez en la circulación, las moléculas aromáticas afectan al cuerpo de un modo similar a la medicina herbaria. Por ejemplo, algunas tienen afinidad con los riñones (enebro, ciprés), otras pueden influir sobre las hormonas a través de la corteza suprarrenal (geranio, albahaca) o, pueden tener un efecto «normalizador» en la mente y el cuerpo (Bergamota, geranio).
 
Aunque en algunos casos se administran aceites esenciales por vía oral (especialmente en el caso del ajo), a menudo pueden ser incluso más eficaces cuando se aplican a la piel. Ello puede verse con el aceite de hierba de asno; aunque no es un aceite esencial, parece funcionar mejor cuando se aplica externamente para el tratamiento de los niños hiperactivos. Por vía oral no siempre tiene éxito porque estos niños suelen tener problemas de absorción en el intestino.
 
Por otra parte, después de la segunda guerra mundial se administraban vitaminas a través de la piel para tratar a los ex prisioneros con graves deficiencias vitamínicas, demasiado enfermos para tomarlas por vía oral.

 

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