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domingo, 6 de agosto de 2017

LA LAVANDA Y LOS USOS DE SU ESENCIA


Hay tres clases de lavandas: La lavanda oficinal (lavándula officinalis), el espliego (lavándula angustifolia) y la lavanda stoechas (lavándula  stoechas). Las tres pertenecen a la familia de las labiadas y de ellas la mas común es la lavanda oficinal que es la que se utiliza por sus propiedades medicinales. El espliego es la que se utiliza en la fabricación de esencias y en productos de perfumería, por ser su olor mas fuerte.

Desde el punto de vista botánico, el espliego o lavanda es una planta perenne, un semi-arbusto, cuyas partes lignificadas rebrotan cada año. Es en lugares secos y cálidos donde mejor crece el espliego.
 
En Francia, en la Costa Azul y en Provenza, encuentra las mejores condiciones climáticas y allí se cultiva ampliamente, así como en otras zonas de Europa, entre las que destacan Grecia, Dalmacia, Rumanía y en el norte de África.
 
Además del espliego, se cultiva un híbrido de L. angustifolia y L. latifolia más extensamente aún que el espliego debido a que es una especie más robusta y a que tiene un mayor rendimiento. Otra especie es la alhucema o lavanda (Lavandula latifolia). Ambas especies proporcionan una "esencia de lavanda auténtica" de menos valor que se utiliza en la elaboración de perfumes y jabones. Ninguna de las dos tienen importancia en medicina.

Aceites esenciales
 
El aceite esencial de espliego puede considerarse ya como un producto de masas. Por este motivo se debe prestar atención a la buena calidad comparando al comprar y a menudo oliéndolo. Sólo en Francia se destila al año de 75.000 a 150.000 kg de esencia de espliego, a menudo directamente en el campo, en columnas móviles.
 

domingo, 19 de febrero de 2017

ESENCIAS PARA PERFUMAR EL AMBIENTE


Como la lámpara maravillosa de Aladino, las lámparas aromáticas nos conducen a un mundo mágico, el de las estancias o habitaciones perfumadas.

Quien deseé introducirse en el mundo de los aceites esenciales podría empezar con experimentos muy sencillos, para los que no se precisa de ningún accesorio ni utensilio, salvo el frasquito con la esencia. Incluso puede resultar aún más fácil: verted unas gotas de esencia en un algodón y dejadlo sobre el radiador o la estufa. El aire caliente, al ascender, esparce poco a poco el perfume por toda la habitación. Con este método, la esencia, que es volátil, se evapora rápidamente y, si no se añade una nueva porción de esencia al algodón, quedará tan sólo un tenue hálito de perfume en la habitación. Para ocultar el algodón, que no resulta muy estético, en el comercio se venden unas "esferas aromáticas" de porcelana. En ellas se introduce el algodón, y el aroma sale por los pequeños orificios que presenta.

Es muy fácil llenar una habitación con el aroma de una mezcla especiada y estimulante compuesta de esencias de pino, tomillo, espliego, eucalipto, alcanfor y romero. Este aroma brotará de una escudilla plana llena de agua en la que se habrán vertido únicamente dos gotas de la mezcla de esencias. Si hace mucho calor, el agua de la escudilla se  evaporará con relativa rapidez y arrastra consigo las moléculas aromáticas, que se dispersan entonces por toda la habitación e incluso por toda la casa. Es ésta una de las oportunidades más fáciles para disfrutar del aroma de las esencias.

Lámparas aromáticas

Quien se dé por satisfecho durante unos meses con estos métodos tan sencillos y no del todo satisfactorios acabará comprándose una lámpara aromática de cerámica. ¡A algunos les puede parecer algo tan parecido a la lámpara maravillosa de Aladino! Aunque no llegue realmente a hechizarnos, abre nuevos ámbitos a todos los que se ven envueltos por la nube de aromas y tal vez (si cerramos los ojos) nos arrebata introduciéndonos en un mundo mágico.