Cuidarse y embellecerse es una antigua y secular necesidad humana. Mil años a.C. ya se frotaban los cazadores y pastores egipcios con aceite de ricinos silvestres para protegerse del sol.
En la época de los faraones, los hombres y las mujeres de Egipto se maquillaban, en especial los ojos. La base de los maquillajes era de origen mineral: malaquita, cobre o cal.
El uso de sustancias aromáticas para sahumerios estaba en pleno apogeo. Sin embargo, todavía no existían los aceites esenciales tal como los conocemos en la actualidad, ya que no se había descubierto aún la destilación, un método mediante el cual se obtienen sustancias vegetales volátiles. En el templo egipcio de Edfu se descifró la receta de un sahumerio egipcio: entre los 20 ingredientes citados estaban, junto al incienso, la mirra y la almáciga o mástique, la canela, el palo de rosa y el cálamo aromático, así como la trementina. Los egipcios embalsamaban a sus muertos con resina líquida de mirra, de color amarillo dorado, que posee un notable efecto antiséptico.
No obstante, las sustancias aromáticas no se han utilizado sólo con fines cultuales, sino también para curar. Los egipcios creían que el incienso y la mirra curaban las dolencias de los ojos por poner un ejemplo.
Sustancias aromáticas en los tiempos bíblicos
En el mundo hebreo, un perfume o un olor agradable se consideraba como una señal de la proximidad divina. En tiempos del rey Salomón, los judíos importaban de lugares a veces muy alejados especias y hierbas para sahumerios. El incienso procedía del sur de Arabia o de Africa oriental, la actual Somalia. Otro proveedor de incienso era el Oriente, principalmente la India. La mirra venía del reino de Saba, el Yemen actual; la canela, de la India y las maderas olorosas, del Líbano. El incienso y la mirra eran mercancías de gran valor. Con mirra eran ungidos en el templo tanto los reyes como los sumos sacerdotes.
Sustancias aromáticas en los tiempos bíblicos
En el mundo hebreo, un perfume o un olor agradable se consideraba como una señal de la proximidad divina. En tiempos del rey Salomón, los judíos importaban de lugares a veces muy alejados especias y hierbas para sahumerios. El incienso procedía del sur de Arabia o de Africa oriental, la actual Somalia. Otro proveedor de incienso era el Oriente, principalmente la India. La mirra venía del reino de Saba, el Yemen actual; la canela, de la India y las maderas olorosas, del Líbano. El incienso y la mirra eran mercancías de gran valor. Con mirra eran ungidos en el templo tanto los reyes como los sumos sacerdotes.