miércoles, 28 de febrero de 2018

PARA EL AMOR: ESENCIAS, INCIENSOS Y MEDITACIONES PARA POTENCIARLO


Usados ya por los romanos, los pétalos de rosa han perfumado dormitorios y los aceites esenciales de los pétalos han ungido el cuerpo y el baño. Es adecuado, pues, que toda expresión de amor, todo intento de vigorizar el centro conocido como el chakra del corazón, incluya la esencia de la rosa, el símbolo universal del amor. Sólo hacen falta unas pocas gotas de aceite esencial de rosa para impregnar una espiral o una varilla de incienso con su aroma. Todavía se la considera la más preciada de las esencias florales, más aún que el jazmín o la violeta.
 
Mullida, mullida he hecho mi cama,
la he cubierto de tapices bordados de lana egipcia;
recién perfumada está mi enramada,
con mirra y áloes y canela.
 
Ven, perdámonos en el devaneo,
durante toda la noche,
Disfrutemos del abrazo largamente deseado ...

(Proverbios 7,1 6-1 8)

 
La esencia de rosas es muy cara, ya que se necesitan 60.000 rosas para sacar tan sólo 30 ml de aceite esencial. Las rosas himalayas, cachemiras y las preciadas inglesas se consideran las más dulces y delicadas. Hoy es en Bulgaria, Francia, Turquía y Marruecos donde se cultivan más rosas para aceite esencial.
 
Aunque las rosas son las favoritas internacionales de los amantes, el jazmín, el neroli (un cítrico), los lirios y el loto oriental se asocian a menudo con los placeres del dormitorio. Una alternativa es el incienso, cuyo místico olor se cree que despierta la energía sexual.
 
El incienso relaja el cuerpo de forma que el deseo aumenta y el amor se ahonda. Para crear ambiente en tu dormitorio, echa hacia atrás el edredón para dejar las sábanas al descubierto y esparce suaves pétalos de rosas frescas sobre las sábanas. Transmitirán su exquisita fragancia cuando te tumbes sobre ellos y te resultarán suaves como la seda y sensuales al tacto.
 


Después, enciende varias velas a diferentes alturas, rosáceas y rojas si es posible. Pon una música suave que disfrutéis tanto tú como tu pareja.
 
Enciende una varilla de incienso de rosa. También puedes poner un aro difusor de bombilla en una lamparita de noche y, antes de encenderla, echarle unas gotas de aceite de rosa.
 
Si tienes una chimenea, puedes echar un cono de incienso al fuego para añadirle un bonito toque de esencia al calor y a la parpadeante luz de las llamas del hogar.

Meditación para Amantes

Aunque la meditación es generalmente un método solitario para acallar la mente, también puede ser una forma poderosa de conectar con otra persona. Encontrad una cómoda posición sentados, ya sea uno frente al otro o espalda contra espalda.

 
Si estáis cómodos en la postura sentada de las piernas cruzadas del yoga, es ideal, pero también podéis hacer este ejercicio sentándoos sobre una almohada en el suelo, o en una silla con respaldo recto. En toda meditación, la concentración en la respiración y en la claridad mental frente a las preocupaciones externas es importante para relajar el cuerpo, la mente y el espíritu.

- Empieza por ponerte en pie. Enciende una varilla de incienso impregnada de rosa. Cuando la fragancia de la varilla empiece a ondular en el aire, cógela y da tres vueltas alrededor de tu pareja. Después, pásale la varilla a él y pídele que camine tres veces a tu alrededor.

- Pon el incienso en una mesa y siéntate de nuevo.

- Respirando por la nariz, inhala a fondo, sintiendo cómo se expanden tus pulmones. Suelta el aire por la boca, sintiendo la contracción de tu abdomen a medida que sueltas la respiración. Hazlo cuatro veces. Si estáis sentados espalda contra espalda, sed conscientes de los patrones de respiración de vuestra pareja; si queréis, podéis seguir su mismo ritmo, pero no es necesario. Simplemente basta con ser consciente de la presencia de la pareja.

- Procura que cada uno pueda sentir los puntos de energía del otro (llamados chi en chino y ki en japonés). Siente tu propia energía concentrada dentro de tu cuerpo.


- Mientras estás sentado, prueba a hacer esta sencilla visualización:
 
Imagina un fuego en tu bajo abdomen, siente el calor que irradia dentro de ti y que crece con cada respiración que tomas. Inspira y espira a fondo. Piensa en el fuego que calienta todo tu cuerpo: primero hacia abajo, hacia tus caderas, hacia tus muslos, hacia tus piernas; después moviéndote hacia arriba a tu pecho, a tus brazos y tu cabeza.
 
- Sigue inspirando y espirando relajadamente. Repite los pasos; y ahora imagina que el fuego se va apagando, hasta que tu propio cuerpo se va enfriando hasta recuperar su temperatura normal.
 
- Esta experiencia te dejará relajado y lleno de paz. El gesto de paz de tomarse de la mano es otra forma eficaz de difuminar la tensión entre los miembros de una pareja.
 
Puedes hacer el siguiente ejercicio con tu pareja:

De pie, o sentados en sillas, cara a cara. Simplemente ten cuidado de no cruzar las piernas, ya que eso desviaría tu energía.

 
- Cierra los ojos y, con los brazos en los costados, concentra tu energía y tus pensamientos en las palmas de sus manos.
 
- Piensa en la escena más pacífica que te puedas imaginar: la quietud de un estanque, la majestuosidad de la cima de una montaña, la pureza de la nieve, la gloria del Sol o la Luna.
 
- Imagina un cálido viento de energía curativa y envíalo a las palmas de las manos hasta que sientas un cambio, un aumento de energía o calor en la curva de ellas.
 
- Extiende despacio la mano para tocar la de tu pareja y repite el ejercicio, y esta vez envíale energía, calor y sanación. Siente la conexión energética entre ambos.
 
- Haz esto el tiempo como te resulte cómodo. Tu pareja podrá transmitirte así su energía.
 
Perfuma tu lencería y tu ropa de cama

Para perfumar la lencería, las toallas y la ropa de cama, pon paquetes sin abrir de tus varillas de incienso preferidas en las estanterías o en los cajones.
 
La lavanda y la violeta quedan divinamente en la ropa de cama; la vainilla, la rosa y el jazmín resultan seductoras en la lencería; el limón, el cedro, y el pino son unos deliciosos complementos para las toallas. Estas fragancias deberían durar meses. (El polvo del incienso podría manchar las telas, así que no abras los paquetes.)
 
Dulces sueños

Durante mucho tiempo las fragancias han sido consideradas un camino hacia los sueños. Hazte una pequeña almohada de sueños, de unos trece centímetros por dieciocho, y rellénala con hojas secas de violeta prensadas junto con alguna varita también prensada, o un poco de polvo de incienso de violeta. Ponla bajo tu almohada o dentro de la funda. Al mover la cabeza sobre el cojín, apretarás las flores secas y los trocitos de incienso, que soltarán su aroma y te ayudarán a dormir o a mantener el sueño. La lavanda es también una excelente fragancia inductora del sueño.



 

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