No solamente obtenemos de las plantas aceites esenciales fluidos, también extraemos de ellas masas viscosas y espesas procedentes de las heridas que les pueden provocar los animales o conseguidas por métodos artificiales por el hombre. Estas masas viscosas reciben el nombre de bálsamos.
Los aceites esenciales contenidos en estas masas con el tiempo se van evaporando con lo que estas masas se espesan y acaban siendo vítreas: de esta manera se forman las resinas.
La misión de las resinas de las plantas es básicamente sellar las heridas que sufren pero cuando nosotros las recolectamos las utilizamos para muchos más fines.
Son resinas conocidas la mirra, el incienso, el ámbar y el benjuí. Antes de que se descubriera la destilación, estas sustancias aromáticas se quemaban individualmente o mezcladas con maderas, flores u otros componentes vegetales, recibiendo el nombre de sahumerios.
La mirra y el incienso se utilizaban y se utilizan frecuentemente en los ritos religiosos. Sus aromas alejan el alma del cuerpo y establecen una relación con la divinidad. Al entrar en las iglesias el olor a incienso nos envuelve y propicia nuestra mente para encontrarnos con lo sagrado a la vez que purifica la atmósfera de pensamientos negativos.
Quien quiera provocar un ambiente espiritual puede poner esencia de incienso en su lámpara aromática o quemar en quemadores especiales la resina, que se vende en forma de granos o fragmentos de color blancuzco o amarillo rojizo.
Al incienso se le atribuyen efectos antisépticos y astringentes y con él se hacen vahos para tratar la bronquitis, los resfriados y la sinusitis. Su pesado olor procede del 3-8 % de aceites esenciales que contiene, como el pineno. Un 30 % de goma y un 60 % de resina le dan consistencia.
La mirra (Commiphora spp.), que se obtiene de un arbusto espinoso del Yemen, Abisinia, Eritrea y Somalia es más usada en cosmética que el incienso. Se utiliza como fijador de perfumes y jabones, para pastas dentífricas y elixires bucales. La tintura alcohólica se emplea en medicina como vulnerario (es decir, para las heridas) y en las inflamaciones bucales y faríngeas.
La resina se compone de un 2-10 % de esencia (pineno, limoneno, eugenol), un 30 % de resina y un 60 % de gomas.
La mirra una vez seca es dura y quebradiza y tiene sabor amargo. En la antigüedad era un ingrediente esencial del óleo para la unción sagrada. También se utilizaba como perfume y como producto para cosmética.
Al incienso se le atribuyen efectos antisépticos y astringentes y con él se hacen vahos para tratar la bronquitis, los resfriados y la sinusitis. Su pesado olor procede del 3-8 % de aceites esenciales que contiene, como el pineno. Un 30 % de goma y un 60 % de resina le dan consistencia.
La mirra (Commiphora spp.), que se obtiene de un arbusto espinoso del Yemen, Abisinia, Eritrea y Somalia es más usada en cosmética que el incienso. Se utiliza como fijador de perfumes y jabones, para pastas dentífricas y elixires bucales. La tintura alcohólica se emplea en medicina como vulnerario (es decir, para las heridas) y en las inflamaciones bucales y faríngeas.
La resina se compone de un 2-10 % de esencia (pineno, limoneno, eugenol), un 30 % de resina y un 60 % de gomas.
La mirra una vez seca es dura y quebradiza y tiene sabor amargo. En la antigüedad era un ingrediente esencial del óleo para la unción sagrada. También se utilizaba como perfume y como producto para cosmética.
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