«Si sólo pudiese tomar un complemento, ¿cuál me aconsejaría?»
La pregunta puede estar motivada por la preocupación ante la carga económica que pueda suponer una multitud de complementos vitamínicos y minerales. O puede que, simplemente, sea un deseo de establecer prioridades. Siempre e independientemente de la dolencia, mi respuesta es: ¡ajo!
El ajo es uno de los remedios médicos más antiguos que conoce el hombre y, a lo largo de la historia, se ha empleado en casi todas las culturas. Las referencias más tempranas a sus propiedades medicinales se hallaron en Egipto, en el papiro de Ebers, del siglo XVI a.C., en el que se citan veintidós remedios hechos con ajo.
- El salario de los constructores de las pirámides consistía en ajos y cebollas.
- En el mundo griego, Homero, Aristóteles e Hipócrates citaron sus propiedades curativas y se dice que los antiguos atletas olímpicos mascaban un diente de ajo antes de las competiciones.
- En la India se utilizaba para curar heridas.
- En China llevan siglos utilizando infusión de cebollas para aliviar los síntomas del cólera y la disentería.
- Los vikingos y los fenicios siempre llevaban buenas provisiones de ajo en sus travesías marítimas.
- Después que los caballeros cruzados lo introdujeron en Francia, se volvió tan popular como agente curativo que el rey Enrique IV se tomaba un diente todas las mañanas.
- También era uno de los ingredientes más importantes en el famoso vinagre de los Cuatro Ladrones que se utilizó para combatir la peste de Marsella en 1770.
- Más recientemente, Luis Pasteur admitió sus propiedades bactericidas y Albert Schweitzer lo utilizó para tratar la disentería cuando se le agotaron sus provisiones médicas.
Los médicos siempre han reconocido sus propiedades curativas: está bien documentado que mejora el asma, tuberculosis, bronquitis, úlceras de estómago, pies de atleta, úlceras en extremidades, problemas del tracto respiratorio, pulmones y otras partes del organismo.
¿Cuáles son los efectos del ajo sobre la salud? Se le reconocen las siguientes virtudes:
1. Actúa como un superantioxidante.
1. Actúa como un superantioxidante.
2. Reduce la tensión sanguínea.
3. Fortalece el sistema inmunológico.
4. Equilibra el azúcar en la sangre.
5. Previene los trastornos cardiacos.
6. Ayuda a metabolizar la grasa.
7. Alivia la claudicación intermitente (calambres y dolores en las piernas después de hacer ejercicio y como efecto de la mala irrigación sanguínea).
8. Ayuda a prevenir el cáncer.
Por si todo esto no fuera suficiente, el ajo contiene un componente llamado ajoene que es tan potente como la aspirina a la hora de impedir que los glóbulos rojos de la sangre se aglutinen.
Por si todo esto no fuera suficiente, el ajo contiene un componente llamado ajoene que es tan potente como la aspirina a la hora de impedir que los glóbulos rojos de la sangre se aglutinen.
Asimismo, posee algunos que alargan el tiempo de coagulación y otros que disuelven los coágulos. Por tanto, regula la circulación sanguínea y consigue que los mecanismos de coagulación funcionen adecuadamente.
Todos estas acciones lo convierten en un alimento excelente para prevenir ataques cardiacos y trombosis.
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