viernes, 2 de marzo de 2018

INGREDIENTES NECESARIOS PARA ELABORAR TU PROPIO INCIENSO

 
Con excepción del incienso a granel, todas las restantes formas de incienso precisan cuatro ingredientes básicos: una sustancia aromática, una base o producto químico que ayude a mantener encendido el incienso, un agente aglutinante para mantener unidos los ingredientes y un líquido para convertir al agente aglutinante en goma.

La sustancia aromática

La sustancia aromática puede ser cualquier hierba, especia o esencia que al quemarse emane un aroma agradable o provoque un efecto deseado. Casi cualquier tipo de sustancia imaginable puede ser usada (y seguramente lo ha sido) como sustancia aromática. Próximamente publicaré una lista de las sustancias más usuales, con instrucciones para la recolección, secado y almacenamiento de las hierbas.

La base

Una vez que hayas escogido la fragancia que quieras usar, deberás elegir una base. La base es una sustancia que se quema fácilmente y despide un aroma agradable (o al menos no emite ningún aroma). Es necesario utilizar una base porque la mayoría de las plantas se queman con dificultad. La base también ayuda a eliminar lo amargo de la hierba, o hace que su fragancia sea más ligera.
 
Cuando se queman solas muchas hierbas son demasiado fuertes, acres, amargas o dominantes. Una buena base corregirá normalmente estos defectos, conservando el aroma básico de la hierba. Las bases más conocidas y fáciles de obtener son el polvo de madera, el sándalo, el sándalo rojo, la cuasia, el vetiver, el sauce, las agujas de los árboles de hoja perenne y el talco.
 
El polvo de madera es simplemente madera pulverizada muy finamente. Puedes comprarla o fabricarla tú mismo. Cualquier taller de carpintería se sentirá más que contento si te llevas todo el serrín que puedas.
 
Para hacer polvo de madera, debes poner una taza de serrín seco en una batidora. Ponla a funcionar y mantenla a baja velocidad durante dos minutos. Al terminar, tamiza el serrín y guarda el polvo fino que hayas obtenido en un recipiente hermético. Nunca pongas astillas o viruta de madera en la batidora, pues podría dañar las cuchillas o quemar el motor.




El serrín que normalmente se consigue en las carpinterías es de pino. Si conoces personas que corten su propia leña para la chimenea, podrías conseguir algo de serrín de cerezo silvestre o de cedro, lo cual añadirá un agradable aroma a la mayoría de las mezclas de incienso. Los polvos de madera de cualquier árbol frutal son excelentes como bases.
 
El polvo de madera, por ser barato y fácil de obtener, es la base más utilizada. Su mayor desventaja es que deja un fuerte y persistente olor a madera quemada. El sándalo es, con mucho, la base más popular y más versátil. Su aroma a madera, dulce y limpio complementa el de casi cualquier hierba, especia o fragancia. A diferencia del polvo de madera, el de sándalo no deja olor a madera quemada. Al contrario, genera un aroma dulce y ligeramente floral. El sándalo puede costar más que cualquier otra base, pero vale la pena. El sándalo rojo procede de una especie diferente de árbol, pero su olor es muy similar. Un ligero inconveniente es su color, ya que añade una tonalidad rojiza a cualquier mezcla en la que intervenga.
 
El aroma de la cuasia es también similar al sándalo, aunque que no tan fuerte ni tan dulce. Es una madera muy dura, por lo que es necesario comprarla ya convertida en talco; de lo contrario será inútil en la fabricación de incienso.
 
El vetiver tiene un olor muy parecido al sándalo, sólo que más dulce y no tan limpio. Al igual que la cuasia, es una madera muy dura y sólo puede usarse en forma de talco.
 
El sauce es una base excelente, ya que se quema limpiamente, con muy poco humo y casi no despide aroma. Esto lo hace ideal para su uso en cualquier mezcla. Su única desventaja es que se consume con rapidez, pero esto se puede remediar fácilmente usando poca cantidad.
 
Las agujas de los árboles perennes, especialmente de pino, abeto y cedro, son bases con olores agradables. Añadirán a tu incienso un aroma de bosque y además pueden pulverizarse fácilmente. Vierte una taza de agujas secas en una batidora y hazla funcionar a baja velocidad durante dos minutos aproximadamente. Al terminar, tamiza y almacena el polvo resultante en un recipiente hermético. Nunca pongas en la licuadora ramas ni agujas que no se encuentren perfectamente secas, pues podrían dañar el mecanismo o llenar de resina el recipiente. Debido a su fuerte aroma, las agujas no son tan versátiles como la mayoría de las bases; su aroma puede oponerse al de otras fragancias, particularmente las florales.
 


La mayoría de las bases se usan para ayudar a que las hierbas se quemen con más facilidad, pero el talco es la excepción. Se utiliza para alargar el tiempo de combustión. Debemos tener mucho cuidado de no añadir demasiado talco; de lo contrario, la mezcla no arderá en absoluto.
 
Hay otras muchas sustancias que pueden usarse como bases. Cualquier material que se emplee con esta función deberá arder con facilidad y deberá ayudar a endulzar o debilitar (sin dominarla) la fragancia de la sustancia aromática que se está consumiendo.

El nitrato de potasio


Hay muchas hierbas difíciles de quemar, incluso con la ayuda de una base. En estos casos, hay que añadir una sustancia combustible. Esta sustancia es un producto químico llamado nitrato de potasio, también conocido como nitrato o salitre. En el incienso a granel no hace falta usar salitre. Sin embargo, la mayoría de los conos y cilindros con dos o más ingredientes, por lo general necesitan un poco. El incienso en varitas casi siempre lo requiere.
 
Añadiendo salitre, los tiempos de combustión del incienso se reducen en un 25 o un 40 %, dependiendo de la cantidad de salitre usado y de los ingredientes de la mezcla. El salitre no se debe añadir directamente a los ingredientes secos. Primero debe ser disuelto en el líquido que será usado para fabricar el cono, cilindro o varita. Esto le dará a tu incienso una distribución de salitre más equilibrada, evitando llamaradas humeantes o incluso estallidos. Los métodos adecuados para preparar el salitre se detallarán en una nueva entrada en esta web.

Agentes aglutinantes

Una vez que hayas escogido una fragancia y una base, necesitarás algo para pegar los ingredientes, a fin de que puedas moldear los conos, cilindros o varitas. Para esto te hace falta un agente aglutinante. Hay docenas de resinas y de gomas que pueden ser empleadas con este propósito. Para limitar de alguna forma el campo de acción, el agente aglutinante debe reunir las siguientes características:

1. Que se disuelvan rápidamente en agua.
2. Que se presente en forma sólida (pulverizada).
3. Al quemarse debe carecer casi absolutamente de aroma.
4. Que sea fácil de usar y de manejar.
5. Al secarse no debe volver a su forma pulverizada.
6. Su manipulación no debe entrañar peligros y debe carecer de toxicidad.

Hay varias gomas que cumplen con estas características, entre las que se encuentran: el agar-agar, la goma ghatti, la goma guar, la goma arábica, la karaya, el alginato de sodio, el tragacanto, y la goma xanthan.

 
Podemos eliminar de entrada cuatro de ellas debido a que sólo se comercializan al por mayor (en envases de 5 kilos), siendo compradas generalmente por los fabricantes de alimentos, medicinas y cosméticos. Estas son: la goma ghatti, la goma guar, el alginato de sodio y la goma xanthan.
 
El agar-agar es muy fácil de conseguir, pero es muy caro. Cuesta casi tres veces más que cualquier otro agente aglutinante.
 
La karaya es la más barata de las gomas citadas, por ello, es ampliamente usada por las compañías fabricantes de incienso. Se presenta por lo general en pequeños trozos que se deben triturar y disolver en agua hirviendo.
 
La goma arábica ha sido usada desde la antigüedad para aglutinar incienso. En primer lugar, porque era la más abundante pero también por aparecer en muchas recetas antiguas. Sigue siendo utilizada y la emplean muchos principiantes. Aunque es un buen agente aglutinante, tiene dos pequeños defectos: es muy pegajosa y sucia al manipularla y además, al secarse sale a la superficie del incienso. Esto deja el centro virtualmente libre de goma y hace que el incienso se vuelva quebradizo.
 
El tragacanto es, hoy por hoy, el mejor de los agentes aglutinantes disponibles. Se disuelve fácilmente y no es sucio ni pegajoso. Todas las recetas que requieren un agente aglutinante están concebidas para utilizar tragacanto. El tragacanto es una sustancia cuya manipulación no entraña peligro alguno. También puede usarse para espesar las salsas. Las compañías farmacéuticas lo utilizan para fabricar píldoras y las empresas de cosméticos lo han usado para fabricar pasta de dientes, loción para las manos, maquillaje para los ojos y crema de afeitar. Su único inconveniente es que cuesta más que cualquier otro agente aglutinante. En compensación, debido a su capacidad superior de aglutinamiento, se usa menos de la mitad de la cantidad necesaria al utilizar otros agentes.

El líquido

Para convertir al agente aglutinante en pegamento necesitarás un líquido. El mejor y más fácil de utilizar es el agua, pero se puede usar casi cualquier fluido. Se pueden emplear algunos tan extraños como vino, brandy, agua de rosas, aceite de oliva e incluso cerveza.
 
 
 

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