jueves, 1 de marzo de 2018

COMO PREPARAR UN JARDÍN SANTUARIO


Una de las formas más fuertes y arraigadas para conectar con el mundo que nos rodea es inhalando el propio incienso de la naturaleza: las flores de la primavera, las frescas frutas veraniegas, el saludable frío del aire otoñal y el humear de los aromas a bosque en un día de invierno. Quizá el mejor sitio para disfrutar esta sensación de tener nuestro lugar en el mundo es en un jardín que hayamos creado nosotros mismos.

Es todo un regalo tener un jardín o terraza, donde poder sentarse entre la naturaleza y disfrutar de su abundancia: la frescura de la sombra de los árboles, la belleza de las flores, las variaciones de colores. Las horas del día en un jardín son una invitación a presenciar los intercambios simbióticos de las flores y las abejas, de las mariposas y los pájaros. Por la noche, uno oye la sinfonía de las cigarras y ve el cielo lleno de planetas y estrellas... una luz nocturna que nos calma tras otro día.

Podría parecer extraño llevar incienso fruto del hombre al jardín fruto de la naturaleza, pero el incienso puede aportar mucho a la trascendencia espiritual y el placer del aire libre.

Los cítricos representan la revitalización y la alegría. Las esencias cítricas, especialmente de la citronela, no son sólo agradables sino que además ahuyentan a los mosquitos y otros insectos. Son muy prácticas al anochecer.

El incienso de enebro es otra opción para el jardín, ya que aporta fuerza interior y vitalidad y sirve para purificar nuestros pensamientos y el mismo aire.

El pino, evocador de la naturaleza, es un aroma perfecto para la contemplación junto a tu jardín; relaja, después vigoriza.

El jardín santuario

 
Es bien sabido que estar entre la naturaleza puede alimentarnos de muchas formas.

Un delicado bonsái es un llamativo recordatorio de la belleza del mundo natural.
 
Si tienes espacio y puedes construir un pequeño jardín japonés o una pequeña charca en la que tener algunos peces de colores, tendrás un lugar para pensar, meditar y recuperar la tranquilidad y la serenidad en los momentos difíciles.

Si tienes en tu jardín un montón de compost, puedes desechar en él las cenizas del incienso que hayas quemado. La ceniza es un buen complemento del abono y, sin duda, cualquier fragancia que le haya quedado del incienso no perjudicará su aroma.

Crear un altar de jardín

Un altar de jardín puede no tener trascendencia religiosa pero sí reflejar la belleza de la misma naturaleza. Puedes hacer arreglos con piedrecillas, un jardín de arena salpicado con un bonsái, un estanque de carpas koi bordeado con hierbas protectoras. Cualquier cosa que toque tu corazón y te proporcione paz cuando la mires puede considerarse un altar de jardín.

Plantar árboles o flores para conservar la memoria de alguien no requiere altar; la silenciosa belleza de una rosa, el color vibrante del hibisco, la fuerza de un roble... cualquiera de estas maravillas de la naturaleza es, en sí misma, suficiente altar para recordarte a ese alguien especial.

Las esculturas de Buda, de la Virgen u otros iconos religiosos pueden formar parte de un altar de jardín donde puedes ofrecer oraciones matutinas o vespertinas o tus propias reflexiones espirituales.

Puedes incluir en tu jardín una Rueda Medicinal Chamánica, en esta web encontrarás como guiarte para hacerla.

Si quieres honrar el recuerdo de una persona querida que ya no está contigo, puedes hacer un altar de jardín en su recuerdo, especialmente si le gustaba la jardinería o la vida al aire libre. Pon una foto plastificada de esa persona, tal vez una pala o un guante que usaba cuando practicaba la jardinería, entre las estatuas o frente a un árbol plantado en su honor. Añade un quemador de incienso o un recipiente para recoger las cenizas a tu altar de jardín y enciende incienso cuando lo visites.

El aroma elevará hacia el Cielo tus pensamientos y tus oraciones. Date tiempo para relajarte. Respira profundamente y agradece los placeres de tu jardín.


Para un altar con iconos religiosos, una buena elección sería un incienso como el que usan los templos y las iglesias; para recordar a un amigo, elige la esencia de la flor o planta de jardín, o fragancia personal, favoritas de él o ella. Y para tu altar de jardín personal elige una esencia que vaya bien con las flores favoritas de tu propio jardín o de los lugares cercanos que te gustaría conmemorar. Muchos fabricantes de incienso disponen ahora de esencias que evocan al mar, la lluvia, las montañas y otros olores que recuerdan a la naturaleza.

El corazón es como un jardín. Puede crecer en él la compasión o el temor, resentimiento o amor. ¿Qué semillas vas a plantar en él?

La Naturaleza también dentro de tu casa:

- Haz fotografías de tu jardín y mete las coloridas imágenes de la naturaleza dentro de casa con cuadros, grabados, esculturas o fotografías de visitas a la naturaleza que te digan algo: cascadas entre montañas, jardines exuberantes, una sola flor, incluso la imagen de una mecedora en una galería amplia.

- Crea un altar de la naturaleza con una pequeña colección de plantas de interior resistentes, como unos cactus, o paquetes de semillas con sus coloridas imágenes de flores. Los recuerdos de exteriores le añaden un toque cálido a tu altar casero: piedras, conchas, hojas brillantes, una bella colección de semillas multicolores, trozos de corteza, ramitas de adorno o ramas.

- Por seguridad, dispón los objetos que hayas elegido lejos del quemador de incienso. A la hora de elegir el incienso, opta por aquellos aromas que complementen o encajen con las plantas cercanas. Por ejemplo, si tus plantas son helechos u otro tipo de plantas verdes, pon incienso de pino, pino de Canadá o cedro. Para las plantas o flores que tengan poca fragancia propia, elige esencias con olor a bosque como la mirra o el incienso, ya que nos recuerdan al instante a la naturaleza.



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